Identidad del Centro

Nuestros Colegios y Obras son centros educativos que la Iglesia ofrece a la Sociedad en los que:

  • Promovemos la formación integral de niños y jóvenes al estilo de San Marcelino Champagnat para dar a conocer y amar a Jesucristo.
  • Tomamos a María, en nuestro quehacer diario, como modelo de sencillez, humildad y espíritu de familia.
  • Hacemos realidad en nuestras Obras una Iglesia de fraternidad horizontal, abierta al protagonismo de los laicos.
  • Favorecemos un terreno fértil para acoger y descubrir la Buena Noticia.
  • Favorecemos sociedades abiertas y plurales en el ámbito religioso y cultural.
  • Fomentamos el crecimiento de la dimensión ética y trascendente de la persona, la libertad, el sentido crítico, la justicia, la solidaridad, la convivencia y la paz.
  • Apostamos por una formación que favorezca la síntesis entre cultura, fe y vida.
  • Atendemos con especial dedicación a los niños y jóvenes con necesidades específicas o en riesgo social.
  • Ofrecer al mundo el signo de corresponsabilidad y comunión de Hermanos y seglares como camino para generar la formación de fraternidades y comunidades Cristianas.
  • Ser voz en el ámbito social, educativo y pastoral, y promover la plena conciencia de los derechos de niños y jóvenes, siendo reconocidos por nuestra acción pastoral que impregna todas las actividades de nuestras Obras.
  • Conseguir colegios y obras sociales capaces de ser agentes de cambio social, cultural y educativo, a la vanguardia de la innovación pedagógica y tecnológica con una imagen acorde a las tendencias sociales, y con una Comunidad Educativa implicada en la vida de la Obra.
  • La presencia cercana del educador, la sencillez que favorece la empatía y la creación de relaciones, el espíritu de familia y el amor al trabajo y a nuestra Buena Madre.
  • La Misión compartida: comunión de ideales y unidad institucional.
  • El compromiso con la realidad social.
  • La escucha y el diálogo entre todos los integrantes de la Comunidad Educativa.
  • El apostolado de la presencia: personal, prolongada, amigable y confiada; hecha de cercanía, acogida, apertura y ayuda.
  • La atención a los niños y jóvenes con necesidades específicas o en riesgo social.
  • El sentido de Iglesia y comunión con ella.
  • La presentación del mensaje de Jesús teniendo en cuenta la realidad que viven los niños y jóvenes y su mentalidad.
  • La interculturalidad y pluralidad religiosa como elemento de comunicación.